Obituary of Maria Isabel Espinoza

LA TRAYECTORIA DE MARíA ISABEL ESPINOZA María nació el 28 de febrero de 1932 en el Sur de Chile, en un pueblo pequeño de nombre Empedrado, donde dedicó parte de su juventud a trabajar en el campo. María fue el sostén de su hogar, el que compartía con su única hija Corina y con su abuela Uberlinda, a quien cuidó por espacio de varios años. María fue siempre una mujer independiente, muy fuerte y muy emprendedora. Aunque la vida de campo fue su gran pasión, ella tuvo otras metas y sueños para con ella y su hija, por lo que optó por dejarlo todo atrás y emprender rumbo hacia la gran ciudad en busca de oportunidades para una mejor vida para ella y su adorada hija. Fue así como María empezó la gran lucha de superación en Santiago. No le fue fácil, pero tuvo la gran motivación de seguir adelante por la fé que siempre tuvo en Dios y el hecho de estar al lado de su Corina. Esto facilitó el que pudiera ella superar todos los obstáculos y temores que tuvo. Después de unos años en Santiago, a María se le presentó una nueva oportunidad, esta vez un poco más desafiante, pero como para ella no existían barreras, sus sueños fueron tan claros y su deseo de superación tan grande, que nuevamente aceptó con valentía este nuevo reto. Fue así como María llegó a los Estados Unidos en los años 60. El deseo de salir adelante de María fue el motor que la ayudó nuevamente a escalar la nueva montaña, esta vez un poco más alta y con más desafíos. Pasaron así unos años antes de que pudiera traer consigo a su hija. Hasta que llegó el gran esperado día en el año 1982, cuando Corina llegó a los Estados Unidos para estar al lado de su madre y no separarse nunca más de ella. A partir de aquel día, madre e hija empezaron juntas una nueva vida en el país de las oportunidades, ambas trabajaron duramente para llegar a las metas que se trazaron. El destino compensó el tiempo de separación física cuando Corina contrajo matrimonio con Robert. Desde ese momento María, Corina y Robert vivieron 15 años de gran felicidad. Fue entonces cuando María supo que sus sueños y metas fueron cumplidos. María vivió en los Estados Unidos más de 40 años. Ella fue una mujer valiente, extraordinaria, amante de la naturaleza, de la buena comida y muy querida por todo el mundo. Fue una madre ejemplar y muy sabia. Siempre daba el consejo oportuno y apropiado a quien se lo pedía transmitiendo mucha paz y tranquilidad en momentos difíciles. Por último, tuvo otro viaje pendiente, el cual ella no lo planeó. Este se lo trazó Dios. Cuando escuchó Su llamado, María sin miedo, confiada y con gran valentía tomó Su mano y partió con El a gozar de Su presencia y de la Vida Eterna, la cual El nos la prometió. María emprendió este viaje el martes 23 de octubre del 2012 a las 5 de la tarde, dejando atrás muchos amigos, familia y a sus hijos Corina y Robert. Nos dejó un gran legado, su sabiduría, su dulzura, su gran fé y su sentido de humor que nunca lo podremos olvidar. María -- Siempre permanecerá en nuestros corazones. Gracias por todo ese amor que siempre nos dió.